onversión de un cobertizo industrial en vivienda familiar cerca del centro de Toronto (Canadá).
Inicialmente se trataba de una herrería que daba servicio al ferrocarril en los años 1880. El negocio se mantuvo activo durante más de 100 años. Primero como herrería, después como establo para caballos y ya más recientemente como estudio para un escultor (nada de chistes fáciles, haced, el favor, somos gente seria).
Los actuales dueños quisieron desde un primer momento conservar lo máximo posible del edificio original, y para ello nada mejor que forrarlo de corten: ¿Quién no ha oído hablar de los famosos cobertizos de corten canadienses?
Con nuestros mejores deseos, desde aquí les deseamos un apacible invierno. Vivir en una casa de corten en Canadá es como mínimo suicida si no tienes una calefacción (y un aislamiento) capaz de vencer a un invierno nuclear. Otro detalle es tener un tejado plano en una ciudad donde hay barra libre de nieve. Eso nos deja ver el espíritu aventurero de los dueños, nada como vivir peligrosamente desafiando a los elementos.
Consejo de la semana para los viajeros intrépidos: nada de cabañas al borde de un lago. Si queréis experimentar la naturaleza salvaje del Gran Norte, pasad las vacaciones en un chamizo de corten en el centro de la ciudad. En invierno, of course.
Architectos: Superkül inc
Lugar: Toronto, Ontario, Canada
Jefe de Proyecto: Drew Sinclair
Año: 2008