a obra maestra del Artit-ta integral Neave Brown es, sin duda, el Alexandra and Ainsworth Estate, conocido más comunmente como Alexandra Road Estate, o como Rowley Way para los amigos o cómo «¿A quién carallo se le ha ocurrido constuir un sambódromo aterrazado al lado de la vía del tren en un país donde llueve 368 días al año?».
Si vamos a Old Swiss Cottage – la boca de metro más próxima a estas viviendas sociales – podremos disfrutar de un paseo a lo largo de Rowley Way. Allí disfrutaremos de la repetición cíclica de los mismos patrones de hormigón aterrazado a lo largo de una calle que está sutilmente en curva. Merced a esta curva NO lograremos ver el final y, si tienen la suerte de que pillar un día de sol que golpee con alegría en su cabeza – como fue mi caso – podrán disfrutar de un alucinante efecto «The Matrix has you» que les permitirá alucinar sin gastarse sus dineros en caballón.
La estructura aterrazada logra generar múltiples y variados recovecos muy poco prácticos a los que, sin embargo, los vecinos han sabido dar una adecuada utilidad: lugar en el que acumular sus trastos y basura diversa.
Otra característica interesante de la no-integración de este housing estate en su entorno urbano inmediato es el que esta larga calle apenas tiene rutas de escape. Correr hacia adelante o hacia atrás es la única opción.
Dicho esto, es de justicia reconocer que la de Alexandra Road es una comunidad muy concienciada, en la que la asociación de vecinos tiene mucho poder y donde no dudan en hacerse promociones varias de lo cool que es su hormigón. Que yo me acojonase cuando un nigeriano de dos metros de alto, con la mirada perdida, y llevando tutú y zapatillas de ballet saliese apresuradamente de su casa sólo demuestra que soy un cagao.
Al final de su trayecto podrán disfrutar de una de las vistas más icónicas del Alexandra Road Estate: la vía del tren que pasa justo por detrás y que hace que la parte trasera de las viviendas parezca un estadio de fútbol.
También tienen, justo al final, el Abbey Estate, pendiente de demolición, si no lo han tirado ya. Pero no teman por ese destino para el Alexandra Road: está registrado con Grado II en el patrimonio inglés, así que esta cumbre del jormigonaco está a salvo de todo y listo para nuestro disfrute. ¡Corran a visitarlo!