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a arquitectura High Tech tiene una vertiente muy reconocida y del agrado del Vajhísimo…. su proyección fálica.
Capítulo 3: Como una olla.
Sobre arquitectura, se han rodado varias películas. Algunas todavúia más imbéciles que ultranazis (“El manantial”) y otras llenas de gran sabiduría (“Mon Oncle”) pero, desde luego, ninguna tan sincera y penetrante como “Huevos de oro”. El momento en el que Javier Bardem anuncia que va a dedicarse a la construcción para erigir, en pleno centro de Benidorm, en rascacielos más grande de la ciudad concluye con un poético y efectivo “Como una polla”.
Más sinceridad y profundidad que en toda la obra teórica de Le Corbusier indeed.
De todas formas, hay gente que quiere seguir pensando que levantar un rascacielos es algo más que eso: que decirle al mundo lo grande que es tu minga. ¿Es que acaso no les parece sintomático que sean los orientales los que hacen los edificios más altos? Si no entiende la pregunta es que no ha visto suficiente porno asiático, con pichas ridículas y señoritas que sobreactúan como mongólicas en el vano intento de hacernos creer que sienten algo.
Feck, es la segunda vez en el mismo post que llamo pichacortas a los orientales. La imaginación se agota. Echémonos, pues la mano a la entrepierna antes de ver ahora algunos rascacielos que muchos juzgan cool y desde cuya glande superior a uno le gustaría contemplar a la escoria humana.
í, señores, esto que ven es un rascacielos giratorio. Comprendo que haya a quién le seduzca la idea de vivir sobre unas aspas de helicóptero que produzcan noche y día un ruido mortal y monótono sólo turbado por el momento en el que un “¡poc!” un graznido nos recuerdan que, además de sobre un aspa de helicóptero, estamos sentados sobre varios pajarracos muertos atrapados por un mecanismo que cualquier día estallará ante tanta porquería acumulada. Y logrará que salgamos despedidos cual disco chino de Enrique y Ana. Pocas muertes más imbéciles se me ocurren.
¿O será que este rascancielos en realidad está diseñado para esquivar los aviones que el bueno de Bin Laden tenga a bien lanzarle? Es una idea porque, de su arquitecto, David Fisher, el notorio inventor del retrete inteligente “Leonardo Da Vinci”, me lo puedo esperar todo. Eso sí, dudo que ningún gafapasta apueste porque el futuro sea concentrar toda la ciudad en un solo edificio. Ya no es sólo una cuestión de que los choris, en vez de vivir en tu barrio, vivan en la habitación de al lado o que una evacuación en caso de incendio o atentado sea una absoluta fiesta.
¡Se trata básicamente de a ver quién tiene huevos de presentarse en una junta de propietarios de un sitio en el que quepa un millón de personas! Antes le hago un beso negro a Esperanza Aguirre que ponerme a discutir la cuantía de una derrama para el portero automático con esa jauría.
Los ejemplos, once more, son japoneses. Aquí la megapirámide de Shimizu…Y Sky City 1000.
No teman, de momento son sólo proyectos, así que el cetro de Park Hill como la macrourbanización favorita de Satán todavía está a salvo.
Lo que sí tengo claro es que el gafapasta medio recalcitrante elegiría la distinción de la vivienda unifamiliar frente a la uniformización de un rascacielos en el que el vecino pudiese despertarle cada mañana con Radiolé. Así que a esas casas nos vamos ahora.