Javier Bellosillo se la ha definido como “El arquitecto de la «descontextualización», del «dinamismo», de las «desapariciones», de los «collages», de la «dialéctica que busca una reacción poética», combinando elementos experimentados por las vanguardias artísticas. El arquitecto que explota los recursos del lenguaje moderno, «sin ninguna coacción, ni lingüística ni de contenido, hacia las formas o evocaciones históricas». «El architetto – en suma – solo”.”
Desde SEMS, humildemente, traducimos esto como “El arquitecto que va tó ciclao”. Históricamente, se ha vinculado el hormigón con el racionalismo, pero la obra de Bellosillo es un ataque frontal a la racionalidad y a las neuronas que crea un estado de trance en el espectador. Sobre todo, genera la pregunta “¿Para qué carallo sirve todo esto?”.
En una soberbia entrada en el blog Cascotes se analizaba una de sus obra maestras: el centro parroquial de Almazán (que logró el sobrenatural mérito de que el conservador pueblo soriano jalease la demolición de una iglesia). Hoy, le toca el turno al disparatado auditorio Alfredo Kraus de Majadahonda.
Dicen los lugareños que la acústica es tan deplorable que se procura que los eventos más relevantes de la ciudad dormitorio se hagan en otro sitio. Lo cual sólo añade fascinación extra a un lugar en el que se entienden menos las motivaciones de cada elemento estructural que las explicaciones del final de ‘Perdidos’.
Nuestra apuesta es que Bellosillo decidió edificar una oVra maestra del género “¡Que me tiroooooo!” llena de escalinatas de acero corten que desembocaban al vacío. Igualmente, los crípticos bloques de hormigón se estructuraban formando rampas a las que trepar y desde las que saltar. Y, joder, si el fraude de Eisenman se ha hecho rico con gilipolleces del nivel de la Cidade da Cultura o el Memorial a las víctimas del Holocausto en Berlín, sólo con argumentos del tipo “Es que a la gente le encanta poder subirse encima de las cosas”… ¿Por qué no defender el sublime legado de Bellosillo? Es que, además, domina mucho mejor la técnica del hormigón churrentoso que ese vendepeines judío…
Como cierre – y abundando en el tema del “¡Que me tirooooo!” – una anécdota: mi colega Sergio – el putamierdal Sergio – perdió su virginidad en las obras de este adifisio. Mientras se estaba cepillando a una zagala, casi se caen los dos por un hueco de escaleras a medio hacer. Eros y Tánatos. Satán at work. Bellosillo, allá en lo alto, debería sentirse orgulloso. Nosotros, en SEMS, lo estamos de él.
Peregrinen, por favor, a este lugar sagrado:
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Te lo pasas como un crio pequeño con estas cosas… Que forma de disfrutar!