an Nairn fue uno de los grandes críticos de la arquitectura satánica. Y, sin embargo, hizo esfuerzos sobrehumanos para lograr que alguno de sus adifisios de bandera le gustase.
Desde Bristol, algunas voces le dijeron: “Si quieres amar la arquitectura moderna, mejor no vengas aquí”.
Sin embargo, y MUY por encima de la media británica, la población de Bristol es la que mejor ha logrado doblarle el pulso a los satanazos: de esta ciudad es Banksy y las más importantes figuras del street art, y la población de las barriadas ha creado un fuerte movimiento social capaz de incendiar las calles que haga falta cuando una gran superficie como Tesco’s quiere instalar un centro comercial que joda a los pequeños comercios.
Con Dove Street, en el barrio de St. Paul, la cosa estaba más difícil: las calles – para muchos inspiradas por el urbanismo del Apartheid en Sudáfrica – lograban que fuese complicado subir a Cotham Hill y prácticamente imposible volver a Stokes Croft : un bloque enorme de vivienda social con una sola ruta de entrada y otra sola de salida, debidamente separada de las demás zonas residenciales. Además, aunque la altura de las torres interconectadas por pasadizos lograba unas vistas soberbias de la ciudad de Bristol, muchos vecinos decían “Sí, las vistas son la leche, pero en invierno tienes menos frío fuera que dentro de los pisos. Yo me mudaba sin dudarlo”.
No dejen de visitarlo en su próxima visita a Bristol (ciudad MUY recomendable). No deja de estar cerca de muchos de los locales más cool de la ciudad, como la Hamilton House. Y los tres o cuatro yonkos locales no se tomas muy a mal que los mandes a tomar por saco después de que te den la brasa durante un par de manzanas.