Cuando los norteamericanos hicieron caso a Le Corbusier… en norteamérica, claro.

Pruitt-Igoe – Arquitectura SEMS
a arquitectura es como la Fórmula 1: un buen arquitecto siempre tendrá una excusa a mano.
“En realidad, la culpa de que todo lo que he diseñado se convierta en un yonkídromo o pozo de inmundicia es de los constructores/especuladores/políticos/ponga-usted-aquí-lo-que-quiera-siempre-que-tenga-muy-poca-vergüenza que arruinaron mi maravillosa visión”.
No voy a decir yo ahora que, del papel al solar no ocurran mil cosas, pero todo arquitecto ya tiene pelo en el pubis como para saber cómo es el mundo real y no decir cosas como “Vale que me corrí dentro, ¿pero cómo iba a saber que te quedarías preñada?” o “¿Crees que mi hermana corre peligro atada en pelotas a una farola a la salida de una sala X?”.
or eso, sabiendo mínimamente cómo es el mundo real no tengo mayor problema en ponerme delante del arquitecto que sea y decirle: “Le Corbusier es TAN mierda que Lewis Hamilton se cambiaría de acera para no saludarle”. Y ganaría el debate en una décima de segundo, porque la realidad ha demostrado, sistemáticamente, desde los delirantes índices de delincuencia y suicidio en todas las Unités d’Habitation que el Corbu construyó, que este señor estaba equivocado. Vamos imagínense que Cesar Vidal escribiese:
“Si Franco hubiese ganado la Guerra Civil, ahora España sería el país que lideraría el mundo… ¡un momento!”. Ya ven, lo que ni ese señor ni Pío Moa pueden escribir, sin embargo, es lo que le dicen a todos los estudiantes de arquitectura. Los que logran acabar la carrera es porque se lo han creído. Y así nos va.
¿Recuerdan el plan del Corbu de arrasar París? Aquello no fue una mala tarde de borrachera y sesión golfa posterior de pelis de Uwe Boll, sino un proyecto que presentó machaconamente a las autoridades ¡durante cuarenta años! Pero hubo sentido común: ni siquiera los nazis quisieron arrasar París en su momento. Tristemente para los arquitectos, los plantes de Le Corbusier no quedaron en la esfera de los sueños para que pudieran decir, como un buen Pío Moa, “Si lo hubiesen hecho/ Si los rojos hubiesen ganado la guerra…”. Dichos planes se aplicaron en Estados Unidos y, una vez más, los resultados me dan la razón.
Onvres y munheres, I give you… Cabrini Green!
Furthermore, esta zona, en su momento, no era precisamente lo más arrastrado de Chicago.
Pero luego, logró delimitar sus fronteras con orgullosos desfiles de cucarachas. Con alguna que otra rata, por aquello de dar color.
Eso sí, de momento aún sigue en pie. Cosa que no puede decir el otro jran jit satánico yanki: Pruit-Igoe
ste urbanismo es el cenit del movimiento llamado “Urban renewal” que, en español, significa, “Vamos a arrasar los vecindarios con vidilla que tanto molestan al señor Corbusier y, en su lugar, rendir culto a Satán”. ¿Por qué triunfó esta aberración? Pues por el mismo motivo que, con didacticismo, logran triunfar las lecciones de higiene genital para adolescentes: es tan fácil convencer a un chaval de que se frote la minga con jabón en la ducha como convencer a un promotor inmobiliario de arrasar todo un barrio – con una ley del gobierno que permite la turboexpropiación – para edificar rascacielos.
¿Ven? El otro gran invento de Le Corbusier fue la especulación inmobiliaria a saco (además del polígono, las ciudades dormitorio o los grandes centros comerciales para calorros que reunan TODAS las tiendas de una zona)
Para redondearlo, como todo buen barrio Corbusieriano, distinguía los edificios entre “para blancos” y “para negros”. No es de extrañar que todo el mundo huyese de allí y que su demolición fuese un evento tan celebrado que la televisión lo retransmitió mundialmente.
Feck, hasta Philip Glass lo jaleó componiendo un tema específico para la destrucción de ese pozo de inmundicia en la película Koyaanisqatsi (min 3). Y cierro el bloque estadounidense hablando de una de las ciudades favoritas de Paco Fox (y un sitio tan sórdido que permite impartir clases al Ciudadano Soberano): Boston
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Fernando Higueras autor de la Corona de Espinas y otros edificios de hormigón visto, dijo: «La asignatura que falta en la escuela (de arquitectura) es el cuento», «el talento en la arquitectura es el 20%, el 80% restante es saberse vender, hablar con petulancia, de forma que la gente apenas te entienda y piense que eres muy interesante» y sobre Le Corbusier dijo: «A pesar de lo mal arquitecto que era, ha sido el primer propagandista de la historia del arte moderno, porque de cada obra que hacía publicaba cinco libritos; la única persona con un talento semejante para venderse mejor es Julio Iglesias». Además de ser un crítico con la profesión Higueras afirmó haber rodado 3000 pelis porno y se hizo un refgio que llamó rascainfiernos, cavando un agujero de 7 metros en el jardín de su casa familiar. https://elpais.com/diario/2009/12/07/madrid/1260188669_850215.html