s bien sabido que la regeneración urbanística, -mejor conocida como urban renewal- es uno de los fenómenos preferidos por nuestro Señor Satán quien, por razones obvias, se siente especialmente complacido cuando estas actuaciones se llevan a cabo mancillando arquitectura religiosa centenaria.
En la localidad barcelonesa de Santpedor (San Pedro del Oro) se fundó un convento franciscano a comienzos del siglo XVIII y, como era de esperar con cualquier bien eclesiástico, resultaba objeto de la furia popular en cuanto el clima sociopolítico invitaba a resarcirse por tanto tocamiento de monaguillos, tanto diezmo y tanto confesionario impuesto a base de mala hostia.
Fue pues el XIX mal siglo para los monjes de Sant Francesc que lo acabaron abandonando y con ello iniciando el proceso de degradación material del complejo.
Pasaron las décadas y para dar debido cumplimiento al deber Constitucional de conservación del Patrimonio Histórico Español, la Asamblea de Majaras decidió en el año 2000 que la mejor forma de proteger el histórico convento no era sino echarlo abajo para dejar en pie tan solo el edificio de la iglesia que, por supuesto, había de ser debidamente rehabilitado de acuerdo a los cánones imperantes en la arquitectura actual.
Y ya sabemos que una de las tendencias que hoy más se estila en el urban renewal es el cipotismo extremo camuflado como arquitectura high tech (pronúnciese: jaitek), que provoca orgasmos múltiples en los gafopastosos si además llega a incluir alguna forma de quistecismo.
Recordemos que el quistecismo se caracteriza por adosar y/o incrustar extrañas formas (quistes, bubas, forúnculos… de aspecto tanto organicista como cristalográfico) a edificios de nueva planta o a otros preexistentes en proceso de modernización, siendo uno de los máximos exponentes de esta escuela el polaco-estadounidense Daniel Libeskind.
David Closes, elegido por los Majaras para darle el toque cool a Sant Francesc, sin duda mamó de la misma corriente que el quistecista de referencia, porque para la histórica iglesia eligió adosarle un forúnculo de hormigón, acero y cristal. Todo un acceso digno de alienígenas salidos de El Quinto Elemento.
Además de esta jloriosa entrada al ya adifisio (pues perdió la categoría original tras ser intervenido), húbole David de añadir en la parte trasera otro quiste hormigonado y metalizado para que los paisanos y los visitantes de Santpedor no pudieran dejar de ver su OVHRA allá por donde anduviesen mirasen y así gritar al paso ¡SATÁN ES MI SEÑOR!
Para no terminar dejándoles el paladar amargo, cabe apuntar que lo único que posiblemente fue un acierto en toda esta locura comomólica que rodea al caso de la Iglesia de San Francesc ha sido otorgarle al moennizado adifisio la función de Centro Cultural, biblioteca y auditorio.
Más información sobre el proyecto en la web del hazquitecto comomolo.
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Deberíais seguir la carrera de este arquitecto comomólico.
Tiene otras ovhras realizadas como arquitecto del ayuntamiento de Manresa (también conocida como Manrusia), como un «parque» a base de jaulas (de coste millonario) que han tenido que ser parcialmente retiradas por el rechazo del vecindario.
… pero eso a él no le priva de «exponerlas» en su página güeb:
https://davidcloses.wordpress.com/2012/05/12/parc-pintor-vila-closes/
(para más inri, era pariente del pintor que da nombre al parque: bonito homenaje!)
Peroperoperooooo por qué ha enjaulauu los arbolicos? Madredelamorhermoso!!